Mons. Fisichella a los obispos de los Estados Unidos: «Evangelizar es crear la cultura del encuentro»
Del 17 al 20 de junio de 2024, ha tenido lugar la conferencia de estudio y profundización sobre el Directorio para la Catequesis organizada por el Institute on the Catechism de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, en la Universidad St. Mary of the Lake de Mundelein, en Illinois. En el seminario sobre la “Catequesis evangelizadora” han participado obispos diocesanos de todo el país, responsables de las Oficinas de Catequesis y directores de escuelas católicas. En las jornadas de trabajo también ha participado el Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización, S.E. Mons. Rino Fisichella, quien ha intervenido con una conferencia sobre el tema «Evangelizing Catechesis and a Culture of Encounter», subrayando la importancia de la “cultura del encuentro” en la evangelización.
En un contexto como el actual, de grandes cambios culturales, ha dicho al inicio el Pro-Prefecto, «la catequesis y toda la labor formativa de la Iglesia deberían asumir como tarea primordial crear una “cultura del encuentro”». Entre otras cosas, ha añadido, «en el momento en el que el Directorio para la Catequesis introduce el tema de la “finalidad de la catequesis”, se refiere a este objetivo fundamental: “En el centro de todo proceso de catequesis está el encuentro vivo con Cristo”». La de hoy, sin embargo, es una «nueva cultura», una «cultura digital y de la inteligencia artificial que determina en gran medida nuestro estilo de vida», «construida de tal manera que hace perder el carácter relacional típico de la persona», mientras que, ciertamente, el “encuentro” auténtico exige involucrarse en una relación interpersonal real. Eso no significa que «todo debe ser condenado como si estuviéramos en presencia sólo de elementos negativos», porque también la esfera virtual puede ser «un momento de verdadero encuentro».
Por tanto, para hablar de “encuentro” y “evangelización” «no se puede prescindir de la Sagrada Escritura, que es el libro del encuentro por excelencia»: «cada página del texto sagrado expresa la belleza del encuentro entre Dios y su pueblo». «Analizar los numerosos encuentros descritos en el texto sagrado - ha continuado Mons. Fisichella - permitiría llegar a una “teología del encuentro” que sería extremadamente útil para nosotros. De todos modos, lo que es necesario en este contexto es considerar la relación entre evangelización y encuentro. Evangelizar, en efecto, no es otra cosa que la consecuencia de nuestro encuentro con el Señor». El Pro-Prefecto se ha referido a dos encuentros en particular. «El primer encuentro es el de Jesús con sus discípulos (...). El encuentro está determinado por el gesto primario de Jesús que “ve” y desde este encuentro visual, inmediato, casi intuitivo, se acerca a cada uno de ellos, y de aquí surge la llamada a compartir su ministerio. La decisión de seguir es una gracia que se pone bajo la mirada de Jesús y su llamada personal a seguirlo». En cambio, el segundo ejemplo de encuentro es el de Jesús y el joven rico, «en el que, lamentablemente, la conclusión conduce a la ineficacia del encuentro».
Estos dos ejemplos permiten verificar «algunas características peculiares que permiten comprender en qué consiste el encuentro y qué efectos trae a la vida de las personas. Podemos considerar inmediatamente que estamos en presencia de un encuentro cuando, ante todo, nos sentimos involucrados con una persona casi como si inmediatamente nos convirtiéramos en un familiar; tal es el sentimiento de cercanía y confianza que se percibe inmediatamente. Esta experiencia de alteridad conduce tarde o temprano a la capacidad de cambiar la propia vida». En este contexto se puede comprender mejor «porque el joven rico se pone triste. No tiene el valor de salir de sí mismo para encontrar realmente a Jesús, quien lo provoca a cambiar de vida. Aquel joven no es capaz, como, en cambio, lo hace Pedro, de salir de su casa, donde se siente protegido y seguro, mientras el apóstol va hacia la aventura de seguir a un Maestro que no tiene ni siquiera “donde reclinar la cabeza” (Mt 8,20)».
La catequesis kerigmática, como se enfatiza en el Directorio, ha subrayado Mons. Fisichella, «hace del encuentro uno de sus objetivos decisivos». Además, el concepto de “encuentro” asume un significado aún más actual y concreto en estos meses que preceden la apertura del Jubileo ordinario 2025, «con el que el Papa Francisco invita a mirar hacia la esperanza». La esperanza, que es Cristo Resucitado, «no es un imprevisto de nuestro futuro, sino la certeza de nuestro presente. Abrirse a la esperanza no es una fuga hacia un futuro desconocido; más bien obliga a mantener la mirada fija en lo esencial de la vida: nuestro encuentro con el Señor Resucitado. Una catequesis kerigmática coherente no rechaza la audacia de la esperanza, sino que la sitúa como fundamento de su acción formativa. Cuando describe las cualidades del catequista, el Directorio dice, entre otras cosas: “El catequista nunca deja de ser signo de esperanza para los hermanos”».