La iglesia forma parte de un gran complejo de edificios que incluye la casa donde Santa Brígida de Suecia vivió con su hija Santa Catalina desde 1350. A su muerte, en 1373, el edificio fue confiado al monasterio sueco de Vadstena. Sin embargo, cuando Suecia abrazó la fe luterana hacia 1500, la relación con el monasterio se rompió y el complejo fue ocupado por Olao Magno, arzobispo exiliado de Upsala.
La iglesia y el complejo cambiaron de manos varias veces, por ejemplo, en 1589, el Papa Sixto V lo dona a Segismundo III Vasa, rey de Polonia y rey católico de Suecia. Asimismo, a finales del siglo XX hasta 1931, pasó a las monjas carmelitas de la Madre Edwige Wielhorski, finalmente el Papa Pio XI concede todo el complejo a las monjas brigidinas.
Cada uno de estos propietarios llevó a cabo diversas restauraciones y modernizaciones tanto de la iglesia como de las estancias relacionadas con la vida de Santa Brígida.
A día de hoy, la iglesia sigue siendo la iglesia nacional de los suecos.