Jubileo 2025. En Brasilia el entusiasmo de la Iglesia brasilieña por el Año Santo
Ayer en la tarde, en la Casa Dom Luciano en Brasilia, ha concluido el Encuentro nacional organizado por la Conferencia Episcopal brasileña en preparación para el Jubileo de 2025. En Roma, como ha reiterado S.E. Mons. Fisichella durante la sesión de trabajo del martes, se esperan cientos de miles de peregrinos brasileños para el Año Santo. Es grande el entusiasmo de la Iglesia brasileña, que ya está trabajando en la organización de la gran fiesta de fe que espera al pueblo de Dios el próximo año.
El encuentro de dos días, en el que han participado alrededor de 300 delegados para el Jubileo provenientes de todo el país, entre ellos, decenas de obispos, ha concluido con la Celebración Eucarística, presidida por Mons. Fisichella en el Santuario São Francisco de Assis. «La fe no solo da a la vida un sentido que permite ver la acción de Dios en nuestra existencia, sino que transforma y resucita en virtud del amor. Hermanos y hermanas, acerquémonos también nosotros a Jesús, como Jairo y la mujer que padecía flujos de sangre, y conscientes de nuestras pérdidas y faltas, encontremos la fuerza para tocar su manto, para arrojarnos a sus pies y decir toda la verdad. Dejémonos tocar por Él y encontraremos la salvación en su mirada y en su palabra», ha subrayado el pro-prefecto durante la homilía de la Santa Misa, sobre el Evangelio según San Marcos.
La fe, sin embargo, como sugiere San Pablo, está intrínsecamente ligada a la Esperanza, la virtud teologal que será el tema del Jubileo de 2025. «La Esperanza – ha afirmado el obispo durante la conclusión del Encuentro nacional - es un don concedido por el Espíritu Santo que nos permite realizar gestos que de otro modo nunca podrían realizarse. La esperanza es un verdadero llamado a vivir según el Espíritu y en obediencia a su palabra para alcanzar una comprensión profunda de la vida. En otras palabras, la esperanza permite a los creyentes ver las riquezas que les ha dado la nueva vida del bautismo». El Jubileo de la Esperanza será también una ocasión para llegar al corazón de tantas personas que viven alejadas de nuestras comunidades y, en general, de la fe, ha añadido Mons. Fisichella, dándoles cita a todos en Roma el próximo año.